Sentido de la Cuaresma
La Cuaresma es un período de ayuno, moderación y autodisciplina que se observa tradicionalmente en la Comunión Anglicana, en recuerdo de los cuarenta días de ayuno de Cristo. Comienza con el Miércoles de Ceniza y termina con el Domingo de Resurrección, es decir en la Pascua.
Nuestra cultura del siglo XXI, en muchos aspectos "adolescente" se enfoca esencialmente en la satisfacción inmediata y nos puede llevar a una liviandad existencial y olvido respecto de las cosas del espíritu; la Cuaresma y ciertas prácticas de autodisciplina y ayuno nos invitan a un movimiento de resistencia interior que ha de mejorar nuestra capacidad de discernimiento espiritual.
Es una buena idea ayunar de las cosas: las redes sociales, la televisión, la comida, el tabaco, el alcohol... y ayunar también por las personas que amamos, ofreciendo ese sacrificio como una plegaria en favor de otros.
La Cuaresma es un momento para seguir el consejo de Pablo, para resistir al Mundo: "No os conforméis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para discernir cuál es la voluntad de Dios" (Romanos 12: 2).
La duración del ayuno cuaresmal se estableció en el siglo IV como 46 días (40 días, sin contar los domingos). Durante la Cuaresma, nos comprometemos a comer con moderación o renunciamos a un alimento o hábito en particular, es un buen momento para practicar, con sentido espiritual, alguna forma de auto-negación, pero no con un propósito narcisista sino de autocontrol y señorío sobre nuestro propio cuerpo: es un buen momento para dejar de fumar, para no tomar dulces o renunciar al alcohol, hacer algunos días de ayuno, adelgazar y descubrir que "menos es más".